Finalmente ocurrió, amigues baisanis. Fui al programa de Gideon Kafka, el presentador arlequín, domador y montador de baisanettes. Participé en su concurso, ofrendé tributos de sangre y obtuve un millón de meme-pesos argentinos, que me sirvieron para comprarme un ukelele y hacer canciones en la vía pública. Con mi show de desnudismo indígena musical y mi voz de sirena (ustedes saben cómo cantamos las petanko loligatas cholitas nagatoras) junté el oro del Inca y compré un pasaje a España.
En Barcelona había un recital de Rammstein y muchos concurrentes parecían vikingos Varg Vikernes y yo, nadando en mi demencia, generé ser el centro de un espontáneo show de bukakke.
Todo podría haber escalado de modo infausto, ser víctima de una violación grupal celta o algo así. Ofrendada al sol con el pecho partido. El sol es real, no como la fe de los cristianos y su inverosímil vaticano. Ahí los españoles no me seducen. Ahí me la secan.
Pero estos tíos germanos o noruegos, no supe qué eran, me limpiaron con cerveza de Odín.
Me protegieron y me sentí harto cuidada. Algo empezó a cambiar en mi cabeza. Tenían una barca (ustedes ya conocen esas carabelas con la cruz y tal) y estaba llena de indiecitas de piel cobriza (ya conocen ustedes a las indiecitas menudas, de fino talle y ojitos almendrados como los míos). Algunas eran mestizas. Piel oscura y ojos de miel y el cabello colorado o rubio-castaño.
Todas bailaban la coreografía de "Macarena". Me empezaron a hacer el amor. A la manera de Kokún. (Ustedes ya saben cómo hizo el amor con Vergeta, en el combate de Fondo de Bikini).
Me quedé impregnada y tras nueve meses dí a luz a numerosos FURRITOS OBESITOS (oh, ustedes ya saben cómo son esos simpáticos mozalbetes, de ojitos pícaros y soñadores).
Hoy trabajo de traductora de español, maya, quechua y me mantengo en forma esquiando en bolas y tiktokeando coreografías de BTS. (Ustedes ya saben cómo se recauda dinero con esas cosas).
Ya no me exita el maltrato, he encontrado el poliamor y también conocí a un mandingo de mi antigua tierra, apodado "El Bolitoro". (Ustedes ya conocen a nuestros guerreros águila, a nuestros chamanes capaces de morar en el desierto, fuertes como un condor y veloces como pumas). Todos dicen que hacemos una pareja perfecta.
Ya no soy fetichista, alcancé a ver más allá de la piel y las historias de asimetria.
La vida es una sola.
Yo quiero estar tranquila.
Yo quiero gozar.