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FURRO OBESO se había embarcado en la patera de los personajes recurrentes del genial MILO. Estaban todos muy felices sobándose los lomos y olisqueando los upites. El ancho FURRO materializándose en la POPA, les amenazó con el sai de Rafael, la tortuga ninja rebelde y sarcástica. Allí les sodomizó bajo amenaza. Pero eso fue innecesario, porque había hambre de carne por POPA. El clima de bonanza y dicharachero colorido era una fiesta digna del Rey MOMO licencioso y distendido. Tanto salpicaba el semen que todos los furros quedaron cegados por la trayectoria facial de tantos chorros, que hacían blanco en la diana-pupila.
Tanto despipiole tendría un lúgubre precio: La patera se hundió por la lujuria. ¿Cuántas veces la misma suerte le ocurre a los migrantes marinos pauperizados pero cachondos? La tripulación, devota de los paroxismos del placer sodómitico, ya no temen adentrarse en las aguas del ahogamiento "aegao". Acuden en tropel al naufragio. Huyen del sufragio porque saben que en su patria sólo hay dos clases de políticos: Los que te cagan, y los que te van a cagar.
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