Esa mentalidad es super problemática, de hecho, la derecha y la izquierda en Chile son tan cuadradas y cavernarias que funcionan así: si la izquierda propone algo, la derecha lo rechaza y viceversa. En fin, este proyecto no es malo porque lo haya propuesto tal persona o bueno porque no lo haya propuesto esta otra, es malo porque es... inútil. Sí, esa es la palabra más adecuada. Y contraproducente además. Es super simple: le damos más atribuciones a los carabineros para registrar y detener a personas más arbitrariamente, listo, ¿y en qué va a ayudar eso a disminuir los robos? Si el problema nunca fue capturar a los delincuentes, el problema siempre fue la puerta giratoria. Más aún, el paradigma mediante el cual trabajan las cárceles en Chile, que no es educar, no es reformar, es simplemente ofrecerle una plataforma a la escoria de la sociedad para que puedan alardear que estuvieron en cana más tiempo que tú. Se sienten orgullosos de estar en cana, ese es el problema. Y cuando salen no tienen muchas opciones: con suerte pueden optar a trabajos por el mínimo por la alta discriminación que existe hacia los ex-reos. Y esa discriminación existe precisamente porque no se les reforma allí adentro, y la gente lo sabe. Así que esta medida no va a ayudar en nada a disminuir los robos. Lo único que va a hacer es darle atribuciones a los carabineros para molestar a ciudadanos que no han hecho nada malo, de manera arbitraria.