La economía argentina ha entrado en una espiral descendente que nadie sabe con seguridad dónde terminará. Este jueves, un día después de que el presidente Mauricio Macri anunciara un acuerdo con el FMI que garantiza que reciba los fondos que vaya necesitando hasta diciembre de 2019, el peso argentino se ha desplomado un 16%. Para comprar un dólar, al inicio de la sesión hacían falta 33,9 pesos. Menos de cinco horas después, ya eran necesarios 41,10 pesos. Al final de la jornada cambiaria, el Banco Central vendió 330 millones de dólares de sus reservas internacionales y pudo estabilizar la cotización en torno a los 38 pesos.

El Banco Central ha decidido disparar con munición gruesa para neutralizar la escalada del dólar frente a la moneda nacional: sumó 15 puntos a la tasa de referencia, hasta el 60%. Es el tipo de interés oficial al que se presta el dinero a los bancos: una subida, en principio, hace que los inversores tengan más interés en invertir en instrumentos vinculados al peso argentino (la rentabilidad que recibirán es más alta) y por el contrario, encarece los intereses de quien toma dinero prestado o invierte en dólares. El objetivo es que la divisa deje de depreciarse y, a su vez, evitar que se desboque la inflación: una tasa de interés más alta también tiende a enfriar la actividad económica y los precios. Hace solo 15 días, el banco central argentino ya la había elevado la tasa hasta el 45%. La medida pone en evidencia la fragilidad del modelo.

https://elpais.com/economia/2018/08/30/actualidad/1535642358_020260.html