Querían visibilidad y llamar la atención. Nosotros ayudamos gustosamente. De esta forma lograremos hacer del mundo algo mejor cuando desaparezcan. Desde aquí ponemos el granito de arena para acabar con esta lacra segregadora sexual que ha destrozado a los movimientos sociales.

De todos modos esto me recuerda a los pacos infiltrados pero como nueva estrategia: contratan gente para reventar a los grupos. Primero los espiaban, ahora meten a mujeres pagadas para que vandalicen la cordialidad del grupo. Como son minoría en los movimientos sociales la alcahuetería se permite y no las expulsan por estragos. El resultado ya lo conocemos.

Hasta que no haya grupos que luchen desde dentro contra esta lacra y le planten cara a este cáncer, la alternativa social de barrio seguirá muerta.

En el software libre sucede lo mismo, llega gente tocando las pelotas con sus "código de conducta", creando un microestado policial dentro del grupo. Al final gente buena se termina marchando por el ambiente tóxico que provocan.