Pues resulta que este año la ONU tiene, ni más ni menos, que seis altos cargos para elegir en otras tantas agencias de un total de 32 que tiene la ONU. Como es lógico, no se hará nada hasta que termine toda la historia de la pandemia, pero los nervios occidentales están a flor de piel ya, sin posibilidad de relajación.
Occidente controla 21 de esas 32 agencias (EEUU, Francia, Gran Bretaña y Alemania, principalmente, aunque también hay que dejar un poquito de poder a vasallos fieles como Australia, Dinamarca, Corea del Sur o Brasil, por no mencionar todos), 4 China y el resto países africanos (el director de la Organización Mundial de la Salud es de Etiopía, por ejemplo) y asiáticos. Supongo, y es un suponer, que a lo mejor os habéis preguntado el por qué de la agresividad de Occidente con la OMS cuando esta agencia ha defendido siempre lo que ha hecho China con el coronavirus y diciendo, por ejemplo, que no se ocultó información (el mantra de Occidente para tapar sus vergüenzas). Pues aquí podéis tener una respuesta.
Y resulta que Occidente tiene miedo de que en las votaciones de esos seis altos cargos que se tienen que elegir este año ganen los candidatos chinos cobrando, así, los favores que ahora está haciendo con la solidaridad médica y sanitaria. No os preguntéis qué pasa con el resto del mundo, si tiene o no quejas contra Occidente por su control absoluto de esas 21 agencias y, por ende, de la ONU. La única opinión que importa es la occidental, faltaría más. O si el mundo -el mundo, no el mantra occidental de "comunidad internacional", es decir, ellos- está preocupado por ese control. No, lo que preocupa e importa a Occidente es lo que no controla Occidente
Extraído de
https://elterritoriodellince.blogspot.com/search/label/Organizaci%C3%B3n%20Mundial%20de%20la%20Salud