… |
Yo creo que es más simple que eso. A la gente le atrae la estética solarpunk porque propone un futuro que es utópico porque se reniega de la tecnología. La energía fósil se reemplaza por la energía solar o eólica, los edificios son reemplazados por ruinas habitables, los bienes por chatarra reciclada, etc. El problema es que el solarpunk no como un movimiento estético sino que como una propuesta política está peligrosamente cerca del ecofascismo, ya que desplaza el problema real de la sobreproducción al problema ficticio del sobreconsumo y la sobrepoblación, cuya única solución es una reducción masiva de la población mundial.
Para mí la obra solarpunk por excelencia es Erewhon (1872) de Samuel Butler:
>¿Cuántas personas, hoy en día, viven esclavos de las máquinas? ¿Cuántos pasan su vida entera, desde la cuna hasta la tumba, cuidando de ellas noche y día? ¿No queda de manifiesto que las máquinas están ganando terreno sobre nosotros, cuando consideramos el rápido progreso del reino mecánico? La máquina de vapor se alimenta por el fuego, como el humano come; mantiene su combustión por medio del aire, como el humano respira; posee, lo mismo que el humano, pulsación y circulación. Cabe conceder que el cuerpo humano es, hasta la fecha, el más versátil de ambos; pero el cuerpo humano es de creación mucho más antigua. Dése a la máquina la mitad de tiempo que tuvo el ser humano, ¿hasta dónde nos llevará el desarrollo?
|