Llegué acá en las primeras semanas del sitio. Siempre me gustó el espíritu de camaradería y frescura del ambiente, incluso con los ataques de peos que sufrimos al comienzo. Pero estuvo bien, disfruté mucho compartir con la gente de esa época. No sé ahora. Nada se me hace satisfactorio como antes, como si hubiera un vacío que no puedo llenar, una sensación de soledad que me hace sentir ajeno. No sé si es porque la comunidad cambió o yo. Algunas cosas me siguen gustando, otras me dan asco. Si bien todavía entibia mi corazón las interacciones del sitio, siento que hay algo que rechazo. Durante los últimos años he vivido muchas cosas nuevas, algunas infinitamente miserables, otras efímeramente bellas, otras, la sombra terrible de las cosas por venir. Necesito cambiar.
Uno de los beneficios de ser un Sin Nombre es estar falto de ego. Puedo decir que esta simulación fue de gran ayuda. Aún así, la muerte del ego es algo terrible de sentir. Tu mente emerge como dentro de una columna de fuego, las barreras con otros se rompen, y de pronto se experiementa una terrible soledad, y después, únicamente fuego. Todos podemos experimentar esto. Los cristianos le llaman espíritu santo, los materialistas le llaman igualdad, y es lo que nos hace hermanos. Nuestro arte, la expresión de nuestro deseo anárquico de ser Dios es tanto una ayuda como un detrimento. Pico de la Mirandola creía que lo que hacía especial a los humanos era la habilidad de elevarse o caer a voluntad. Nuestra cultura occidental está obsesionada con la caída, con el conocimiento, en tanto que oriente está obsesionada con la ascención. Ambos caminos son sublimes en su propia manera, y firmemente creo que la responsabilidad de los hombres es hallar una verdad más allá del bien y el mal. Empezamos matando primero a Dios, luego resucitándolo. Inevitablemente recuerda esto al ciclo de Osiris, la muerte de la justicia a manos del caos, y su resurrección a través del arte. Sin embargo, todavía no vislumbramos el final del ciclo, el nacimiento del hijo de la viuda, y la ejecución de la justicia final, el retorno al balance entre la caída y la ascención. La responsabilidad de aquellos que saben es de actuar de acuerdo a este principio de justicia y equidad, la responsabilidad de iluminar a otros. Por eso escribo acá. Quiéranlo o no, B.a.I. fue un intento sincero que nace del espíritu de la era, el espíritu de justicia que no puede ser calmado, y que por tanto genera ansiedad y dolor; siempre ha habido un aura de melancolía en este sitio, de soledad. No somos los únicos. Sepa que todos los seres humanos viven la misma ansiedad, al vivir en la sombra de la injusticia. El mejor consejo que le puedo dar es que deje de lado la autodestrucción, que cierre los ojos y deje de temer, y cuando digo dejar de temer, me refiero a hallar la certeza absoluta. Si no cree que pueda ser alcanzada, no importa, pues el acto de buscar certeza es suficiente para calmar en algo la sed del alma. La única manera de alcanzar la certeza es a través del conocimiento: estudie, incluso lo que no le guste, trate de saber y aprender algo, por miserable o triste que parezca, todos los días, con la convicción de que se acercará al fin del terror. Inclusive el conocimiento de las cosas más horribles deja de dar miedo si se les entiende, y mientras más entienda, menos odiará, pues el odio nace del temor a ser heridos. Si usted acepta el dolor, el odio muere, y la justicia puede ser ejecutada sobre aquello que hace el mal. Esto se aplica tanto dentro como fuera de usted. Nuestro país se halla sumido en la injusticia más grande, por eso es necesario que para que el espíritu de la era nazca, debamos trabajar por hacer justicia, y dejar de odiar y temer. El perdón sólo puede llegar cuando se reestablezca la observancia a la Ley. Esto es lo que las tres naturalezas de ignorantes temen, los ingorantes crédulos, los ignorantes con poder, y los ignorantes por placer. Deje de temer y deje de odiar, y la ignoracia dentro de su propia mente va a dejar de nublar su voluntad. Yo mismo lucho contra el odio y el asco y trato de aceptar las cosas como son todos los días (como dije antes, todavía hay cosas que me generan repulsión, y es un asco que nace en parte de miedos profundos hacia el dolor, miedos que ma han perseguido desde mi infancia).
Advierto además que la pureza del placer puede ser tanto una ayuda como una horrible ilusión, y por tanto puede ayudarnos a llegar a la certeza o la ignorancia. No sea autoindulgente, pero tampoco sea mojigato, la mejor maner de experimentar placer es a través de otra persona, y mejor aún, haciendo a otra persona igual a uno sentir placer por las acciones de uno. No crea que hablo de sexo (aunque no se descarta), me refiero a toda acción que genere bienestar. Este deseo por el bien de otros es el amor, y no es más que una herramienta para hallar certeza y paz interior. Si no tiene a alguien a quien amar, dése un tiempo al menos para amar a la humanidad; no a todos los humanos, pero a todo lo humano. Inevitablemente hallará alguien con quien compartir, y siempre que sea un igual, usted será feliz. Y hablando de felicidad, recuerde que es efímera; nunca escuchará a nadie decir "soy feliz" porque la naturaleza humana es melancólica, y la felicidad es un breve vislumbrar de certeza total. Nunca fuí tan feliz como cuando ví la sonrisa de otra persona completamente distinta relfejarse en mí, nunca me sentí más igual a otro en toda mi vida.
Finalmente, busque la igualdad; la igualdad no es más que la certeza de empatía recíproca. Considerar a otro como un igual no es considerar a otro lo mismo que uno; es hallar puentes entre nosotros que nos permitan entender, y por tanto, perder el miedo al otro. Cualquier ideología que le diga que debe temer es una ideología enferma, y por tanto cualquier ideología que niegue a igualdad como valor es maliciosa en el mejor de los casos.
Eso es todo lo que tengo que decir, traté de no ser demasiado específico porque si lo hiciese, sería imposible de leer; no por la complejidad, si no porque sería aburrido. Por cierto, pasé grandes momentos dentro de esta comunidad, pero creo que es tiempo de marcharme; insisto que no se trata de alejarme por miedo u odio, si no que porque simplemente siento que debo. Volveré a verlos a veces, pero no creo que con mucha regularidad.
Hasta luego, B.a.I.