Llevo 3 días seguidos soñando con la misma chica. Esta vez soñé que la invitaba a mi antigua casa con la intención de que nos comiéramos. Disponía el futón para que nos tiráramos los dos y nos poníamos a hablar de forma muy coqueta. Ella me decía que quería escuchar música porque sentía que con la música no era necesario hablar y que uno podía demostrar las cosas que sentía de forma más auténtica, asi que nos poníamos a ordenar el comedor para que hubiera espacio para bailar. Cuando terminábamos de ordenar llamaban a mi ventana, asi que salí a ver y mi primo estaba afuera diciendo que me había visto entrar con alguien, que si estaba con alguien
-Sí, con la pepita [nombre cambiado por motivos de seguridad]
-¿pepito?
-¡pepita!
-¿pepito?
-pepita conchetumare, ahora deja de molestar que estoy ocupado
-ya bueno pero avísale a tu mamá porque puede llegar temprano
Ahí me asustaba y me iba corriendo a avisarle a mi mamá que estaba con una amiga y a pedirle que llegara más tarde. Me costaba mucho escribir en el celular mi petición y me desesperaba, asi que le pedía ayuda a la chica para escribirlo pero me decía que nosotros no éramos amigos, que no nos conocíamos tanto, que puede que tuviésemos amigos en común pero que en realidad no éramos amigos. "Seamos amigos, entonces" le decía y me miraba con un poco de decepción, y yo, entendiendo que en realidad tampoco quería ser solo su amigo, me corregía y le decía "o más que amigos, eso me gustaría más" mientras me le acercaba y pegaba mi cuerpo a su cuerpo. No me decía nada más que con el cuerpo, que empujaba hacia el mío también, en busca de sellar el momento con un beso. Pero justo antes de eso me llegaba un mensaje de la universidad, diciendo que habían perdido mis papeles y que iba a perder mi beca. Salía corriendo a dejar mis papeles de nuevo, no sin antes decirle a la chica que me esperara, que volvía al tiro y que se quedara ahí.
Iba, me llegaba otro mensaje diciendo que ya los habían encontrado, que no me preocupara. Volvía, me atrapaban la mano en las puertas de la micro, llegaba a la casa y justo al intentar abrir la reja, veía a mi abuelo salir de la casa. Me saludaba contento y me preguntaba que como estaba. Yo, asustado, le preguntaba si había alguien en la casa. No, me decía. Cagué, pensé. Mi abuelo abría la reja y entré corriendo. El futón puesto como sillón. Entraba a mi pieza y allí estaba, acostada bajo el cubrecama, al lado de un cerro de ropa que la camuflaba. La movía y se descubría en ropa interior. Me metía a la cama y nos abrazábamos, le pedía perdón porque estaba mi abuelo, me decía que no importaba. Hablábamos otras cosas y luego nos dábamos besitos tiernos, que luego se iban calentando más y más. Me decía que le gustaba mi poto, que ella no tenía, le decía que me encantaba su poto, que era perfecto.
Despertar fue muy triste.