Siempre aparento misantropía con mis pares, hablando de lo mierda que es la gente, el mundo y la sociedad, y despreciando todo lo que hay a mi alrededor, tanto en mis palabras como en mis expresiones, pero sinceramente, no odio tanto al mundo, y considero que la gente, en el fondo, es bondadosa por naturaleza, y que si se les da tiempo y oportunidad harán lo correcto.

Sí tengo mucho odio dentro mío, eso no se los voy a negar, la expresión que tengo en mi rostro todos los días es una sincera, y las liberaciones verbales no son por un estúpido intento de verme interesante, todo ese odio que expreso es un odio verdadero, sólo que no es hacia lo que yo digo: la mayoría de mi odio es hacia mí mismo.

Pero claro, el mundo también tiene parte de la culpa, no me siento cómodo en él y me parece extraño a lo que ha llegado, pero, ¿yo?, yo soy la peor parte de él. No soy nada más que un zángano indecente, que comprende la verdadera naturaleza de la gente, pero es demasiado torpe como para poder interiorizar este conocimiento, demasiado tonto como para intimar con el otro, demasiado pretencioso como para aceptar a sus pares, por mucho que los entienda por lo que son mejor que ellos mismo. Y, ¿ven eso?, ¿esa repugnante arrogancia demostrada en mi confianza de mi propia sabiduría? Eso es lo peor de todo, no sé qué me creo si no soy más que un desadaptado.

Y no soy capaz de hacer nada, considero al mundo demasiado malo y aburrido para mí mismo, pero soy demasiado cobarde como para luchar contra él, y demasiado mierda como para tragarme mi orgullo y tratar de ayudarlo a través de toda su mierda.

Insisto, no soy más que un zángano, y peor, un animal instintivo, que con la cabeza fria puede criticar al resto y a sí mismo, pero que le pones un poto o un par de tetas por delante y todo se va a la cresta, y de pronto soy capaz de aceptarlo todo, incluso hasta mi propia bestia interior, y considerarlo justo. No hace falta siquiera provocación, incluso cuando despierto con una erección mi mente se nubla con ideas contrarias a todo lo que pienso normalmente, sólamente guiado por el maldito sexo. Incluso pensar al respecto me está nublando un poco y debo luchar contra ello para escribir este texto y después al compás del porno mediocre.

Nadie se libra de mi suciedad, compañeras, profesoras, jefas, jóvenes, viejas, bonitas, feas, flacas, gordas, amantes de amigos, familiares incluso, primas y hermanas, todo lo que tenga tetas y un culo, o incluso siquiera a veces ni eso es necesario, los hombres me han llamado la atención desde hace algún tiempo ya y me han nublado en varias ocasiones también. Hasta el sufrimiento ajeno es aceptable ante el instinto en mi cabeza.

Soy una mierda, la peor mierda que existe, y la mayor razón para ello es que soy la mierda que se da cuenta de lo mierda que es el resto, pero sigue siendo una enorme mierda a pesar de todo. Incluso dándome cuenta de lo mierda que soy, me veo incapaz de cambiarlo.

Debería suicidarme o castrarme o algo, no sirvo para este mundo, al menos no como soy ahora.