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VIPPER poniéndole weno como siempre
: 15/05/16(dom)22:51:07
Papiro a la vista:
cuando iba en el colegio no tenía muchos amigos, y los que tenía eran amistades casuales de esas que saludas en los pasillos y nada más, así que generalmente estaba solo en los recreos y tenía mucho tiempo para mí mismo. En ese entonces, por recomendación de mi psicóloga quien creía que no era bueno ser tan retraído, empecé a escribir algo así como un diario de vida. Era un cuaderno naranjo con una lambda dibujada con un plumón negro en la tapa (porque era secreto, como la sección lambda en Half-Life) donde escribía mis impresiones de la gente, lo que me pasaba a diario, en fin, todas esas cosas que habría conversado con mis amigos, si los hubiera tenido. Llevaba el cuaderno lambda conmigo todo el tiempo para escribir en él cuando sintiera deseos de hacerlo, que era en varios momentos del día. Al principio era tímido incluso con las hojas, pero con el pasar del tiempo fui tomando confianza y empecé a escribir cosas muy groseras sobre la gente, hasta el punto que habría sido muy peligroso si alguien lo hubiera llegado a leer por casualidad. Pero esto no era un peligro para mí porque yo no hablaba con nadie ni nadie se interesaba en mí, llegaba en la mañana al colegio, me sentaba y nadie ni siquiera me miraba, todos me ignoraban, y luego me iba a mi casa. A veces pasaba toda la clase sin levantar la vista del pupitre y hasta los profesores eran cortantes conmigo.
Con el pasar del tiempo empecé a llevar las cosas a otro nivel con mi cuaderno lambda. Fue algo muy similar a lo que le pasó a Elliot Rodger, realmente me sentía mejor que todos los demás, me sentía más inteligente, más interesante y hasta más lindo, y por eso no entendía por qué las mujeres no me hablaban y por qué no tenía amigos. Escribía sobre esto todos los días en mi diario en una jerga incomprensible y hacía profundos análisis de mi personalidad para intentar entender qué estaba mal conmigo. Pero nunca llegué a entenderlo. Así que asumí que naturalmente el problema eran todos los demás por no apreciar lo bacán que era. No sé por qué, pero por alguna razón sentí deseos de juzgarlos a cada uno de ellos, como venganza por no hablarme, así que un día tomé un anuario y recorté la foto de las personas que me caían mal y las pegué en el cuaderno lambda, y escribí sobre ellos las cosas más horribles que puedes decir de otra persona. Incluso con los profesores. Seguí haciendo esto por un tiempo hasta que me sentí satisfecho con lo que había hecho. En total sumé más de 15 páginas de esto.