>>29Pero algo no necesariamente tiene que mostrarse para saber que existe. El punto es que no se puede percibir un átomo con ninguno de los sentidos, pero se está tan seguro de su existencia por sus implicancias objetivas en el mundo real (más tarde hablaré de esto). Pensemos en el movimiento browniano, que es el ejemplo clásico para hablar de la existencia del átomo. Si vemos una partícula de polen en una superficie de agua, vamos a notar que la partícula no se va a quedar quieta, sino que va a describir una trayectoria aparentemente azarosa. Ahora bien, si hay dos personas paradas frente a la superficie van a observar exactamente lo mismo, y la manera de comprobar esto es que cada uno describa lo que está pasando. Si alguien pregunta por qué la partícula se mueve de tal manera, la única explicación viable (para no caer en "porque simplemente es así" o similares) es: porque la superficie está siendo bombardeada por átomos en el agua. Si ahora consideramos todo lo que hemos aprendido a partir del átomo, incluso imaginando que no se sabe si existe o no, incluso si todo fuera simple especulación teórica, vamos a notar que tal movimiento se puede predecir conociendo ciertos aspectos de la agitación térmica en ese fluido. En palabras más simples, se puede predecir el movimiento aparentemente azaroso y eso a partir de la base de que lo que estamos prediciendo es el movimiento de un átomo, que no podemos ver, pero podemos predecir sus implicancias físicas.
La diferencia con lo metafísico que intento establecer: si consideramos un talismán al que se le atribuyen, incluso por un tema de fé, cualidades extraordinarias, y lo ponemos a prueba para que sin tocarlo haga a un lápiz moverse, si digamos que el talisman logra su cometido y hay dos personas presentes las dos van a observar lo mismo y por lo tanto el efecto del talismán va a ser real para ambos. Por otra parte, si no ocurre nada y el lápiz no se mueve, entonces el efecto del talismán no es real y decir "tienes que creer para que puedas observar su manifestación" no es prueba suficiente. No hay ninguna manera para justificar lógicamente que uno de los dos observadores esté viendo que el lápiz se mueve, porque él cree, y el otro no. A esto me refiero con implicancias objetivas en el mundo real, a que tiene implicancias que todos pueden percibir, ya sea con alguno de los sentidos o haciendo mediciones que permitan predecir sus efectos antes de que ocurran, como en el ejemplo del átomo del primer párrafo.