Cuando tenía 14 me fui de campamento con los scouts y me hice amigo de un loco que iba en otro grupo. Un día nos escapamos de las actividades y nos fuimos a exporar el rio, y nos quedamos hablando por horas, alejados de todos. En cierto momento nos pusimos a jugar a quitarnos el pañolín y nos terminamos dando un besito. Luego volvimos caminando lento, disfrutando la brisa sureña y el cielo teñido al atardecer. Cuando llegamos nos retaron tanto que no nos volvimos a ver. Después volvimos del campamento y no volví a saber de él nunca más.