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ESTILO DE VIDA DQNにVIPPERでGO
: 21/10/16(vie)23:37:21
Me levanto y salgo a la calle. La pequeña calle del pasaje está limitada en sus extremos por un largo conjunto de rejas. Sobre estas rejas, algunas que llegan a alcanzar hasta los dos metros de altura, sobresalen puntas afiladas, alambres de púas y en algunos casos ambas. Tras los barrotes se esconden unos más pequeños, esta vez protegiendo las ventanas del hogar chileno, hoy convertido en una fortaleza. Entro a un pequeño negocio en una esquina. Ante el mostrador crece una pequeña rejilla. Esperando ser atendido elevo mi vista. La rejilla resultó ser una falange de picas. Luego de comprar me dirijo a mi casa. Entonces me encuentro a la mujer de la joventud chilena. Mejor dicho a la joven de la clase baja chilena. Con una polera ajustada para resaltar los pechos y unos pantalones igual de apretados para exponer sus caderas, esta mujer se pasea por las calles caminando de forma en que su trasero describa un movimiento erótico. A este tipo de mujeres yo las conocía muy bien y no precisamente por relacionarme con ellas. Cursé la enseñanza básica en lo que la clase política de nuestra nación llama un 'colegio periférico'. No, el termino 'cursar' está mal empleado, no fue estudio lo que ocurría a puertas cerradas, cuando 40 jóvenes sin interés en los estudios se encierran en un par de metros cuadrados ante una profesora sin autoridad. Tema para la posteridad. Fue aquí cuando cuando conocí el génesis de nuestra 'joventud periférica'. Fue aquí como vi a niñas de 9 años desear el sexo de la misma manera que hace cursos atrás desearon una galleta en el quiosco del colegio. Es aquí, cuando gracias a sus compañeros varones ellas aprendieron el papel que les correspondería en la sociedad. Y fue en sus casas, donde los jóvenes de mi colegio aprendieron, a través de la pornografía y de sus padres alcohólicos, el valor de la mujer. Sí, es natural que el hombre se interese de manera sexual en la mujer durante su adolescencia. ¿Pero podrás comparar el que un joven se fije en los pechos de una mujer a que este mismo compare a su compañera con una actriz pornografica? ¿O que estos directamente le expresen que le harían un 'bukkake' o que le comprarían un consolador para su cumpleaños? Es en estos lugares cuando la mujer aprende no sólo a ser vista como un objeto sexual, sino que, rendida ante esta fuerza mayor, comienza a ver a sus compañeros como trofeos sexuales. Símbolos de estatus. Polerones y zapatillas de marca. El como nuestras autoridades siguen finjiendo pudor cuando se les expresa lo 'sexualizadas' que está nuestra joventud me supera. Me sorprende como cada año gastan millones en un presupuesto militar para un riesgo casi improbable, cuando el mayor cáncer de la sociedad ha invadido nuestra tierra y es más que insuficiente el presupuesto destinada a detenerla. Como joven, el único patético intento que experimenté de parte del gobierno fue la 'educación sexual' o traducido a lo que en realidad es, como usar un condón y cuándo y como tomarse 'la píldora'. No sé que me produce más asco. Que se espere responsabilidad sexual de un infante o que los viejos encargados de dicho proyecto sabían a la edad a la que su proyecto iba destinado y de alguna forma, continuaron con éste y con sus vidas como si nada.
Llego a mi casa. Mis tatas están viendo Chilevisión. La primera sección son los dos minutos de odio, donde se describen los crímenes diarios del país. La segunda sección es la 'sección popular'. En esta se exponen los crímenes políticos, las ideas de moda (hoy, el por qué el que un hombre se voltee al ver a una mujer en la calle es acoso sexual) y los 'caza noticias'. Este ritual es siempre terminado por mi tata con la frase 'el país está cada vez peor'. Algo me hace sentir que, la misma frase, es expresada al unísono en varios hogares del país. Seguido comienza el último bloque, el 'informe deportivo'. Los ánimos suben. La ceremonia está ahora lista para ser repetida mañana, a la misma hora de siempre y en el mismo canal.