Me di cuenta de que los problemas que me tuvieron mal en el pasado, ahora me parecen pequeñeces. Y como ahora estoy muy aproblemado, en este hilo voy a contar una historia que me tuvo mal antes pero que ahora me da risa, con la esperanza de que los problemas que me tienen angustiado actualmente parezcan más manejables. Ustedes son bienvenidos de hacer lo mismo.

Un día cuando tenía nueve años estaba en el colegio y la profesora había salido de la sala, así que naturalmente todos estábamos haciendo desorden. Esa vez estábamos jugando al caballito de bronce. Cuando me tocaba ir a saltar me di cuenta de que estaba sosteniendo un lápiz en la mano y de que no lo necesitaba, así que en vez de dejarlo en una mesa o guardarlo, por alguna razón simplemente lo tiré. La cosa es que le llegó a un compañero y lo hizo sangrar bastante. Obviamente se puso a llorar y a hacer un escándalo y justo en ese momento llegó la profesora. Se lo llevaron a la enfermería y la profesora preguntó quién lo hizo, pero no confesé. Como nadie decía nada, la profesora dijo que no íbamos a salir a recreo si el culpable no confesaba, así que una compañera me acusó. Y aunque todos sabían que había sido yo porque me habían visto, yo lo negué hasta el final. El lápiz incluso tenía mi nombre (era de estos lápices a los que tu mamá le escribía tu nombre para que no se te perdiera). Aún así no confesé. Recuerdo que me llevaron a la inspectoría y yo me puse a llorar, porque pensaba que me iban a expulsar, que mis papás me iban a echar de la casa y que iba a perder mi oportunidad de ser alguien en la vida y que iba a terminar viviendo bajo un puente. Al final sólo me pusieron una anotación negativa en mi hoja de vida.