La masturbación nos hace libres. En este mundo individualista, es el símbolo más emblemático de la autosuficiencia. Salvo tetraplejia, no hay una razón que justifique una terapia de placer tan económica y al alcance de la mano, para todos los estratos de la sociedad y casi todas las edades y condiciones físicas.

Para los amantes de la imposición de sus ideas hacia lo que pueden hacer los demás en silu intimidad, no le pongan puertas al campo. La hipocresía y las poluciones nocturnas harán de sus fantasías de la dominación social un fracaso estrepitoso.

Mastúrbense. A cualquier hora. Mantengan sus glándulas en forma y sus depósitos drenados. Pongan imaginación y sin necesidad de joder a nadie para satisfacer su demanda. Esas pajas son las mejores. Evitan distracciones que puedan empeorar el clímax.

No hay que preocuparse por las manchas. Un lavado deja todo limpio y como nuevo. Su corazón agradecerá la regularidad y podrá medir mejor el tiempo que dedica a pensar en sexo, ya que una vez se riegue si lo hace con frecuencia suficiente, tendrá mayor capacidad de concentración y menor estrés.

Hágalo por usted. Si depende de los demás hay más riesgo de conflicto o de volverse una persona sometida o dependiente de otra. Por eso masturbarse es una herramienta de empoderamientovy a la vez pacifica. Tu cuerpo, tus reglas.