Nunca pensé que una cita con una escort sería algo tan terapéutico en lo emocional, el sexo pasó a segundo plano para encontrarme con lo hermoso que es sentir el calor, las caricias, la paciencia, comprensión y besos tiernos de una mujer.
Conversar basura mundana y pasar a cosas de nuestra vida, vivencias, fracasos y tristezas mientras nos tomábamos de la mano y simulaba en mi mente que los dos estamos juntos desde hace mucho tiempo, abrazados y haciendo cariño a su pancita (Ella me contó que tenía una hija, quizás sea por efecto del embarazo). Lo más gracioso es que era una parte de su cuerpo que no le gustaba y ella soltaba una risita espontánea cuando la acaraciaba. Yo le decía que me gustaba su guatita y se daba vuelta para acurrucarse en mi pecho y descansaba su cabeza a la par de los besos que le daba en su cabeza. Todo en una pieza oscurecida por el blackout de las cortinas y ruido blanco del bullicio de la urbe.
Cuando terminó el tiempo, sentí que ella necesitaba estar un rato más pero debía atender a otra persona y en mi corazón algo se esfumaba, como cuando pasa el efecto eufórico de una droga. Volver a la soledad, era lo que pensaba mientras me duchaba y un suspiro me hacía pensar que quizás en cuanto tiempo más volveríamos a tener otro encuentro. Finalmente, nos despedimos, ella me dio un beso, cuando terminó, besé su mejilla y la abracé. Su cabeza se apoyó en mi pecho correspondiendo a ese gesto, un adiós y todo volvería a la normalidad, a la fría realidad.
Después de salir del edificio, me pusé los lentes oscuros y seguí un poco acongojado, pero a la vez con un peso menos dentro mí y con el recuerdo de su calor, aroma y dulce voz.
Esa noche no pude evitar pensar en voz alta diciendome "¿Y si quizás la hubiera conocido antes?", "Ahora entiendo a los compadres que se enamoran de las minas hostess y la soledad que deben llevar día a día" y "Ahora sé lo triste que es sentirse solo y nunca haber sentido algo de amor, todo por mi egoísmo y cobardía."
Estoy hecho mierda, espero durar un par de años más viviendo. Aún pienso cuando me dijo "Tú eres demasiado bueno para estar haciendo estas cosas".