Qué sé yo, entiendo querer gustarse a uno mismo/a, pero es algo del orden de lo deliverado, eso de andar hablando en un tono que no es el nativo. Es como caminar con zapatos de tacón, en mi opinión.
Un esfuerzo por agradar, que, en términos de costo/beneficio, no sé si tiene sentido.
Quien te quiera, podrá soportar una voz más grave. Distinto es soportar una infidelidad, una paliza y mil cosas más.
Qué sé yo. No soy trans, pero tomo clases de canto y vivo bajando canciones de tonos (o le subo un tono y la canto en la octava de abajo). Me parece un suplicio para la garganta sostener una tonalidad ajena.