Sólo cuando grindear me empieza a aburrir o cuando el juego se pone muy difícil y ya intenté múltiples veces pasar.

Cuando era joven me daba lo mismo perder horas en juegos grindeando o planeando estrategias o qué sé yo pero ahora no puedo dejar de pensar en la vida real o en la inevitabilidad de la muerte. La sociedad me tiene bien domesticado.