Su conversión al cristianismo:

Tolstói nació en el seno de una familia perteneciente a la aristocracia rusa en 1828. Al cumplir los 20 años de edad, poco a poco se fue estableciendo como un novelista respetado no sólo en Rusia, sino en toda Europa. "La guerra y la paz" (obra escrita entre 1863 y 1869) y "Ana Karénina" (entre 1883 y 1877) fueron sus dos obras más famosas.

Sin embargo, hacia 1869 su vida daría un giro drástico. Durante un viaje a una lejana provincia rusa, Tolstói cayó en una severa depresión que se prolongaría por casi una década. En medio de la noche experimentó una crisis existencial, sintiéndose de pronto invadido por toda clase de pensamientos nihilistas. En efecto, se dio cuenta de que no era la muerte lo que él temía, sino el sinsentido de la vida misma si la muerte era un fin garantizado.
Esta experiencia dostoievska lo seguiría atormentando cada vez más. Como explicaría más adelante en su obra "Una confesión" (1882), Tolstói buscó durante años y sin descanso el sentido de la vida en los grandes pensadores de la ciencia, la religión y la filosofía: pero todo esfuerzo fue en vano. Sin poder encontrar nada que le otorgara valor a su vida, llegó incluso a contemplar el suicidio.

Pero a este período de su vida le siguió un gran descubrimiento. Tolstói comenzó a fijarse en los campesinos luego de haberlos ignorado durante toda una vida, y observó que ellos tenían una actitud mucho más serena frente a la muerte. Pero, ¿por qué? ¿Qué era aquello que los ayudaba a permanecer estóicos frente al aparente sinsentido de la vida? Tolstói se dio cuenta de que ellos tenían algo de lo que él carecía: fe. Este descubrimiento lo intrigó profundamente, pero también lo llenó de un sentimiento de esperanza. Así, durante los próximos años centraría sus estudios en la Biblia, con la esperanza de al fin poder hallarle un sentido a su vida.

(Parte 2 de 5)

asi que ese papu era un aristocrata en medio de conflictos internos que baja de su altar para adentrarse en el exotico y salvaje mundo de los proletarios y luego escribe sobre ellos?
ummnmnm. en que otra parte habre escuchado esa historia? :v

grande este papu, el unico problema es que era cristiano, con lo que me dan asco su homofobia

Esperen las otras partes. Se pone interesante cuando racionaliza la Biblia (lo que no significa que sea cristiano o esté de acuerdo, sólo que es interesante).

>>5
Si es cristiano, no nos gustará, pero dale.

Parte 3 nunca.

>>6
Realmente no deberías hablar en plural en estas materias, porque si lo haces para representar el pensar colectivo de BaI, si es que existe tal cosa, te digo desde ya que estás cayendo en una contradicción. Si te estás cerrando de mente frente a un trabajo artístico y filosófico ("Una confesión" de Tolstói que es de donde sale todo este análisis) a partir de una ideología es porque tal ideología te está reprimiendo.

Parece que 1 murió y parte 3 nunca así que dejaré esta cita de Tolstoi con respecto al consumo de carne. En “El primer paso”, un ensayo de 1891, Tolstoi escribió:

Si alguien busca real y seriamente vivir una buena vida, lo primero de lo cual tendría que abstenerse por siempre es de consumir carne, porque, sin mencionar toda la excitación de pasiones que provoca ese tipo de alimento, su consumo es simplemente inmoral, en la medida en que involucra la realización de un acto que va en contra de todo sentido moral: matar.

No se puede fingir ignorancia, porque no somos avestruces; no podemos creer que, si no miramos, no sucederá lo que no queremos ver. Más imposible aún es no querer ver lo que comemos.

Personas jóvenes, amables, intachables –especialmente mujeres y niñas, sin saber cómo esto se sigue lógicamente, sienten que la virtud es incompatible con los filetes de ternera y, tan pronto como desean ser buenas, abandonan el consumo de carne.

el unico anarco cuico que me cae bien es mi príncipe Kropotkin <3

Ahora que lo mencionas, es cierto, casi todos los más grandes eran pobretones. Proudhon, Goldman, Stirner, Malatesta era burgués pero igual.

El Sermón de la montaña:

De acuerdo a lo relatado en "Lo que creo" (1884), Tolstói tuvo una revelación inmediata leyendo un pasaje de la Biblia (Mt 5:38-42), allí pudo identificar una de las ideas principales de la Biblia. En el capítulo señalado, titulado "Amar a los enemigos", Jesús predica a sus discípulos y a toda una multitud lo siguiente:

"Ustedes han oído que se dijo: ojo por ojo y diente por diente.
Pero yo les digo: No resistan al malvado. Antes bien, si alguien te golpea en la mejilla derecha,
ofrécele también la otra.
Si alguien te hace un pleito por la camisa, entrégale también el manto.
Si alguien te obliga a llevarle la carga, llévasela el doble más lejos.
Da al que te pida, y al que espera de ti algo prestado, no le vuelvas la espalda".

Para Tolstói, las implicancias de este sermón eran cuando menos revolucionarias. Jesús proponía una manera más profunda de responder a la violencia humana. Esto es, cuando el individuo es reprimido o se encuentra a sí mismo siendo víctima de un tratamiento injusto, lo ideal ya no es contraatacar: sino responder con amor, absolución y generosidad.
Tolstói observaba cómo la humanidad se encuentra estancada desde hacia mucho en un ciclo perpetuo de violencia justificada por el principio del "ojo por ojo". Los seres humanos, en efecto, tienden a resistir la maldad con más maldad, lidian violentamente con problemas violentos e intentan apaciguar las guerras con más guerras. Pero son tales respuestas las que inevitablemente siempre provocan una respuesta igual de vuelta.

El único remedio, observó Tolstói, era yuxtaponer al ciclo un ciclo opuesto de fraternidad y amor entre los hombre como el que Jesús articulaba en el sermón. Poner la otra mejilla significa más sufrimiento a corto plazo, pero con la esperanza de que eventualmente el detractor cambiará de parecer porque así como estos sentimientos negativos son contagiosos, también lo son sus opuestos.

Siguiendo la interpretación de Tolstói, los individuos tendrían que trascender el deseo humano de forzar a los demás a comportarse de cierta manera. En una sociedad de tales características, no podrían haber diferencias posibles entre los medios y el fin: la violencia siembra siempre más violencia, y sólo el amor y la fraternidad podrían eventualmente unir a la sociedad a través de los ideales permanentes de la caridad, la paz y el amor. Estos ideales, sin embargo, sólo pueden ser enseñados a través de la práctica y el ejemplo, y eso requiere valentía, incluso cuando al individuo se le acusa infundadamente. El individuo debe esperar pacientemente y perdonar a sus detractores, incluso si el precio final a pagar es la crucifixión (aquí es donde entra Jesús en todo esto y estos fueron los ideales que Tolstói vio en las palabras de Jesús).

(Nota del redactor: ¿alguien más leyó "Ami, El Niño de las Estrellas" cuando niño? La sociedad que describe Tolstói a estas alturas es como una combinación de lo descrito en ese libro y Proudhon w. Nunca me había dado cuenta de que ese libro es de hecho una novela anarquista para niños).

(Parte 3 de 5)

Kelocoigual

Tolstoi: un cuck cristiano

>>4
Personalmente me considero completamente ateo, pero sólo para aclarar, ser cristiano es muy distinto a pertenecer a una iglesia. Esta una relación de pulgares y dedos, todos los pulgares son dedos, pero no todos los dedos son pulgares: todos los católicos son cristianos, pero no todos los cristianos son católicos. Lo mismo con los protestantes, evangélicos, etc. Un panteísta bien puede ser cristiano. Cristiano sólo significa que aceptas la creencia del Dios descrito en la Biblia, pero no necesariamente que practicas lo que dicta la Biblia o que estás de acuerdo con cualquier cosa predicada por las iglesias. Bien puedes ser cristiano y estar en contra de la iglesia. Si eres cristiano y no eres homofóbico, no necesariamente hay contradicción. Si eres católico, evangélico, protestante o cualquiera sea la iglesia, casi siempre hay contradicción porque las iglesias suelen tener una interpretación más fundamentalista de la Biblia.

En resumen, un cristiano no es necesariamente homofóbico.

Yo me quedo con las enseñanzas de cristo antes que las enseñanzas de la iglesia.