1 :
Crítico despiadado de todo lo existente
: 05/12/19(jue)06:06:23
ID:JH4uF6zg0
Sé que los milicos y los pacos tienen fuertes raíces pinochetistas, pero no hay revolución sin el apoyo parcial de las fuerzas represoras del estado, contra este mismo.
Seguro pueden escarbar por ahí.
Y recuerden, estás cosas parecen una tontería pero así empiezan las revoluciones, sólo tenéis que insistir y crear todavía más caos.
7 :
Crítico despiadado de todo lo existente
: 07/12/19(sab)12:59:25
ID:jV7im73T0
Baisano entiendo lo que dices, pero eso lamentablemente no puede ser, te explicaré por qué.
Existe un principio, sobre el cual reposa la soberanía de todos los estados sin excepción (incluso los socialistas, como la URSS) llamado "monopolio de la fuerza" o "monopolio de la violencia". Este principio fue descrito por primera vez por Max Weber, el fundador de la sociología.
Básicamente, este principio observa un hecho que es bastante intuitivo: los gobiernos necesitan tener el control total de la fuerza en la sociedad, porque de otro modo no pueden imponer su soberanía y sus leyes. Malatesta explica muy bien este asunto:
>El gobierno hace la ley. Este debe, pues, disponer de una fuerza material (el ejército y la policía) para imponer la ley, porque de otro modo no obedecería sino el que quisiera y la ley no sería ya ley, sino una simple proposición que cada individuo sería libre de aceptar o de rechazar. Los gobiernos se sirven de esta fuerza para poder, con leyes, fortificar su dominio y defender los intereses de las clases privilegiadas, oprimiendo y explotando a los trabajadores.
Si te fijas, la policía es el principal recurso con el que cuentan los gobiernos para imponer el monopolio de la fuerza. ¿Pero cómo hacen los gobiernos para mantener la lealtad de sus agentes? Esto se hace de varias formas, por ejemplo, ofreciendo regalías económicas superiores a las de la población trabajadora. Pero principalmente llevando a cabo una propaganda constante dentro de la institución: a la policía se le enseña la lealtad incuestionable por la clase política mediante la exaltación de los valores patrióticos y con esta mentira de "defender el orden público". Un policía es adiestrado para odiar a su propia clase: ese odio por los criminales no es más que el explícito odio por la gente pobre, que esconde tras de sí el deseo de algún día pertenecer a la clase alta. Los policías, después de todo, sólo persiguen a los criminales cuando son pobres.
"Orden y Patria" no es un lema casual.
Es por todo esto que no podemos contar con la policía. Es más, es por esto que les enfrentamos.
Ahora bien, si tienes una inquietud por hacer algo frente a este tema, qué te diría yo: no te fijes en la policía, esa es una causa perdida. Más bien oriéntate en los futuros policías, en los jóvenes que podrían terminar siendo policías, con propaganda antimilitarista.