Hay muchos autores que han indagado en los problemas de la educación tradicional desde puntos de vista muy distintos. Francisco Ferrer, Paulo Freire e Iván Illich, todos autores de distintas épocas y corrientes de pensamiento, llegaron a una misma conclusión: en una sociedad opresiva si la educación no es explicitamente liberadora, entonces es implícitamente opresiva. Tanto las escuelas para pobres como las escuelas para ricos son reguladas por un mismo organismo, el Estado, que tiende a favorecer a los ricos más que a los pobres. Esto inevitablemente se traduce en un modelo educacional que replica clases sociales: las escuelas para pobres forman mano de obra barata, y las escuelas para ricos forman a los jefes de los primeros. Pero el término "educación liberadora" no se limita a la educación con consciencia de la realidad económica que rodea al estudiante, sino también a una educación que fomente el pensamiento crítico para promover la creación propia del conocimiento, en lugar de absorber conocimiento sin entender sus implicancias o sus aplicaciones prácticas para el estudiante y su comunidad. Esto, argumenta Paulo Freire, sólo se puede dar en condiciones de horizontalidad entre el estudiante y el profesor, para que ambos experimenten el proceso formativo juntos y puedan ajustarlo a las necesidades del estudiante, y así el estudiante pueda acceder a los conocimientos que son de su interés y utilidad.
Ahora, sin duda estas son miradas a largo plazo. Muchas escuelas libres en la actualidad se preocupan antes que todo de ofrecerle a los estudiantes un ambiente seguro para poder formarse. En las escuelas tradicionales existen ambientes muy nocivos creados por las mismas condiciones de la educación tradicional. No existe un énfasis en la convivencia entre los estudiantes, y más aún, tras el sistema de calificaciones existe un verdadero proceso de condicionamiento, en donde los estudiantes se educan para evitar el castigo más que por interés en las materias que se imparten. Los estudiantes desfavorecidos por este condicionamiento son los que luego tienden a arruinar la convivencia entre los estudiantes. Explicaciones para esto hay muchas, pero a fin de cuentas nadie puede negar que es el mismo sistema el que produce este comportamiento.
Hay muchos niños inmigrantes también que enfrentan rechazo por parte de profesores y alumnos y que tienen dificultades para aprender por el idioma, y esa es otra realidad de la que algunas escuelas libres se han hecho cargo. Además, hace poco supe de una escuela para niños trans en Ñuñoa, lo cual me parece la raja porque claramente un niño trans va a ir a puro pasarla mal a un colegio tradicional.
>>2Escuela libre es un término amplio que abarca a las instituciones formativas que optan por otros modelos de aprendizaje distintos a los de la escuela tradicional, que sigue el modelo prusiano, en donde un profesor imparte una lectura y luego se evalúa la capacidad de aprendizaje de los estudiantes a partir de esta lectura.