Los bancos centrales de todo el mundo dependen del dólar para obtener liquidez e incluso con los intentos de alejarse del dólar por parte de naciones como China, se sigue confiando en el dólar para ciertas importaciones y/o exportaciones (como Australia que exporta alambre de cobre). El sistema del dólar es explícitamente un medio por el cual Estados Unidos mantiene su hegemonía mundial. Las deudas se pagan en dólares. Las mercancías se compran en dólares. Los dólares son la base del imperio estadounidense.
Esto implica que el suministro de dólares tiene que fluir constantemente fuera de los EEUU para mantener el sistema en funcionamiento para que otros países puedan seguir haciendo negocios, pero incluso con todo el dinero que los gringos han impreso hasta ahora el dólar sigue teniendo una gran demanda, quizá incluso más de la que Estados Unidos puede mantener.
Si Estados Unidos crece en relación con otras economías, o si otras economías se ralentizan, circulan menos dólares, por lo que el precio del dólar sube en relación con otras monedas, pero los países siguen necesitando el dólar, ahora a un precio inflado, para el servicio de la deuda o para hacer negocios, imprimen más de su moneda para comprar más dólares, aumentando así el valor del dólar aún más.
Con todo esto la gente ve al dólar como un refugio seguro en medio del caos monetario, provocando un bucle casi infinito, una crisis de bonos soberanos, Estados Unidos es insostenible chupando, como un vampiro, la riqueza de la mayor parte del mundo. Eventualmente el dólar se estrellará una vez que el apretón haya terminado llevando a un caos económico total.