el que en pan piensa...
-yop

Dos meses después de ingresar a la Panamericana [de Arte] le mostré mi primer desnudo femenino a [...] Berni Danguto, quien opinó:

"Mirá pibe, en realidad yo hace bastante que no veo una mujer sin ropa, pero no creo que hayan cambiado tanto."

Gaturro nombró a Alberto Fernández el mejor presidente de los últimos 50 años de la Argentina del futuro y le construyó un busto gigante, lleno de dildos electrocutadores, para empalar a sus rivales que bregaban por una nueva democracia menos dictadora y autócrata.
Milei, anciano y vetusto, quiso un busto de su hermana.
Tenía varios fragmentos de su hermana en formol, debido a que se le escapó la motosierra de poder y la destruyó a la vil geronta nigromante y ex asesora presidencial.

En mis lejanos tiempos escolares, yo caminaba 500kilómetros hasta el templo de adiestramiento infantil. Allí aprendíamos los infantes a morir como infantería en el campo de batalla para que nuestro extinto imperio se deshiciese de los contingentes de pobres. A veces nevaba o había tornados, pero si no asistíamos nos arrancaban la cabeza y la incrustaban en una pica para dar ejemplo a los pequeniños.
Cierto es que la Coca Cola que nos daban de desayuno tenía clorhidrato de cocaína y eso nos daba ánimos para resistir el hambre, el dolor y la somnolencia. Recuerdo el suelo espinoso y volcánico que hería nuestros infantiles pies descalzos. Pero despues de miles de años vino Shakira y nos brindó calzados y sus caderas no mentían, aunque exageraban contra Piqué.
Recuerdo que pude votar por primera vez y el único candidato era Shang Tsung. Cuando ganó (aunque yo me rateé de la elección para inhalar Resistol) y todo el mundo votó en blanco, la primera medida del emperador inmortal de los cielos y La Tierra fue incendiar escuelas y hospitales y enviar tropas de infantería del jardín de infantes a morir en la trinchera de Calcuta contra los fieros gurkas de Wakanda, que los hicieron pollo primero y shawarma después. La segunda medida fue convertir el agua en microplástico y el oxígeno en aspartamo. La vida en el planeta se extinguió y tuvimos que migrar astralmente a que nos negreen y nos discriminen unos mamíferos narizones blanquiñozos.
Trabajé durante 140 mil años vendiendo tortillas de arena y cuando me quise jubilar me resetearon y me cambiaron los vendajes de momia para seguir abusando de mi buena fe.
Un día no tuve mejor idea que activar mi sharingan y los maté a los viejos culiaos negreros al grito de "¡Anarquía!" y para entonces Shang Tsung ya se había hecho con el trono neoliberador de la esperanza y ya no había nada bueno que esperar.
Si alguna vez lo hubo.

Barney estaba en su clase de Geografía, cuando de la nada le llega una hoja arrugada en forma de pelota, Barney (como cualquier persona) lo abrió y leyó lo que decía:
"¿Por qué no le haces un bien a la clase y te suicidas?"
Barney sabía perfectamente de quien era el papel, Bob Esponja; Barney toda su vida había sufrido bullying por parte de Bob y sus amigos, Jimin de BTS y Ron Whisley de Harry Potter.

son
es.
s por estas
mirar el
os, los osos,
s, los tigres,

No tengo espada.
Hago de la vacuidad mi espada.

No tengo enemigos.
Hago de la imprudencia mi enemigo.

No tengo armadura.
Hago de la rectitud mi armadura.

No tengo ojos.
Hago del relámpago mis ojos.

No tengo poderes.
Hago de mi voluntad mi poder.

No tengo Hogar.
Hago del Centro Perfecto mi Hogar.

Tan pronto lo deja todo,
todo puede ser suyo.

Cuando ansía el poder
no puede tenerlo;

en cuanto no lo desea
puede obtener más del que nunca
llegó a imaginar.

Resulta fácil ver las cosas desde aquí, meramente traídas por el recuerdo, donde no tienen parecido ninguno. Pero a mí no me cuesta ningún trabajo seguir hablándole de lo que sé, tratándose de Luvina. Allá viví. Allá dejé la vida…

Fui a ese lugar con mis ilusiones cabales y volví viejo y acabado. Y ahora usted va para allá… Está bien. Me parece recordar el principio. Me pongo en su lugar y pienso… Mire usted, cuando yo llegué por primera vez a Luvina… ¿Pero me permite antes que me tome su cerveza? Veo que usted no le hace caso. Y a mí me sirve de mucho. Me alivia. Siento como si me enjuagara la cabeza con aceite alcanforado… Bueno, le contaba que cuando llegué por primera vez a Luvina, el arriero que nos llevó no quiso dejar siquiera que descansaran las bestias. En cuanto nos puso en el suelo, se dio media vuelta.

-RULFO, Juan, "Luvina" (fragmento).