>>4 porque es disconformidad no comparte una propuesta y mucho menos una estructura sostenible. La izquierda tiene sus planes, pero no son compartidas por la mayoría de los chilenos... por eso las paralizaciones han tenido que ser por medio de la fuerza y no por la convicción individual de cada persona. Ejemplo? Si el rechazo a la psu hubiera sido cierto no habría sido necesario que quedara la cagá fuera de los colegios, sino que simplemente no habría llegado nadie a rendirla y punto. Así también con la protesta respecto al precio del transporte, si la crítica hubiera sido de fondo, simplemente las micros habrían dejado de ser ocupadas y se habría notado. "AAh pero muh muhvilizaciunn!!" En eso consiste la verdadera rebelión, en dejar de hacer lo que se está haciendo no para destruir físicamente lo que hay sino ignorandolo para que quede obsoleto.
Lo que está pasando en chile no es un cambio es darle cuerda al bucle en que latinoamerica está sumido desde que se ocupa como fuente de suministros del primer mundo. A lo más que podemos aspirar, bajo este esquema es a ser una ficción de país desarrollado con mano de obra no tan infeliz.
¿propuestas alternativas? Descarto cualquier apego a tribus o civilizaciones extintas locales, porque culturalmente somos mas griegos y romanos que mapuches o incas. Creo que la solución es la refeudalización de la sociedad... el problema? El ideario liberal hace que en el alma de cada chileno esté el anhelo de ser el rey de su metro cuadrado, así que asociaciones voluntarias entre particulares sean mentalmente inviables ¿Han notado que la aluciná de casi todos los 25-30añeros es irse alguna vez al campo a satisfacer la nostalgia de lo desconocido, recuperar la fantasía campesina de poder vivir escuchando el silencio del bosque alrededor y nada más? Si esa alucinación se volviera colectiva en serio, hubiera confianza entre las personas para dejar de lloriquear en conjunto y esa energía se usara para realmente irse e ignorar todo este sistema corrupto en conjunto, en ese momento, quizá en ese momento, la ficción institucional se desplomaría y un insulto como el plebiscito de abril sería realmente un fracaso.
Por lo pronto, nos vemos. Seremos como la generación de nuestros padres, que vio como chile se configuró por enésima vez sin que la participación censitaria haya sido abolida.