■ How Technology Hijacks People’s Minds — from a Magician and Google’s Design Ethicist
https://medium.com/swlh/how-technology-hijacks-peoples-minds-from-a-magician-and-google-s-design-ethicist-56d62ef5edf3La dirección que Internet (y el resto de la tecnología) ha tomado es una de explotación, y ya no hay vuelta atrás. No podemos cerrar la caja de Pandora, ya que la economía de todo el mundo está incentivando esto y, patéticamente, a la mayoría de las personas no les importa (o lo apoyan).
El poder para cambiar el mundo cae en las manos de publicistas y empresarios alimentando el consumismo y destruyendo nuestra privacidad, porque mientras más nos vigilen, más acertada puede ser la publicidad que nos tiren encima. Como al público no le importa (basta con ver cómo siempre hay alguien que te dirá "el que nada hace, nada teme") esto nunca va a ser regulado, menos aún cuando cualquier político/país que intente hacerlo estará en la mira de las compañías/el resto del mundo gracias a la conectividad de la economía moderna.
Esas ideas utópicas en los 80s y los 90s sobre lo que Internet podría haber sido fueron asesinadas por empresarios que quieren que subas miles de inútiles fotos a las redes sociales de las que son dueños, para que personas con las cuales no has interactuado genuinamente en mucho tiempo las puedan ignorar. Las "redes sociales" ya no tienen nada de "social".
¿Y la peor parte? Ya no hay vuelta atrás. Uno no puede salirse de Internet porque esta ya es parte de nuestras vidas. Todos están conectados a la web. En el computador lo único que hago es revisar BaI y perderme de lo que los demás están hablando. Si me quedo en la vida real, veo a todos pegados en sus móviles revisando Facebook. No hay una opción ganadora, y mientras avanza el tiempo, cada vez hay menos opciones e intrusiones impulsadas por el mercado son más y más comunes; perdedores usando lentes de realidad aumentada en público, automóviles automáticos registrando (¡y escogiendo!) cada uno de tus movimientos, proyectos tipo Google que aseguran que incluso si te escapas al final del mundo estarás al alcance de los tentáculos de Internet.
Y todo esto por algo que debería haber sido una simple red de computadoras. Ya perdimos la pelea.