Durante cada tarde VIPPER ingresa a su sitio preferido, postea en salón y comienza su livestream diario. Cada día era distinto, a veces lo hacía con toda la calidad que su ardiente corazón VIP podía otros con la cutre calidad de un DQN cualquiera.
Una tarde un extraño AA apareció en el front page de su lugar de reunión cibernético favorito. En su mente resonaba la incertidumbre sobre si podría ser un post de calidad o un simple DQN aburrido de tanto F5.
El aire tibio de su dormitorio, la gota de transpiración apareciendo lentamente desde su frente deslizándose poco a poco a través de su mejilla, el reloj detenido sin hacer ruido, sin marcar la hora. Algo andaba mal, un sonido del viento en la ventana lo distrajo, se dio la vuelta para mirar, a ver si podía ser su gato, pero no lo era. Su decisión de hacer click al hilo se detuvo por un momento -un deja vu -se dijo-, respiró e ingreso al hilo con una cierta actitud de agresividad y miedo. Lo que no se esperaba el joven VIPPER, es que ese sería el comienzo de su peor viaje en internet, quizás el último de sus viajes.
Al haberse cargado el hilo y se muestre el post con el número 1, por Sin Nombre, no se vio nada más que un simple AA que de por sí no pudo entender, -es muy grande -pensó-.
-Tendré que achicarlo -se dijo a si mismo, y presionó “Ctrl” y “-”, para que su navegador pudiese adecuar los caracteres a un tamaño aceptable.
Hasta este punto todo era normal para él, nada había llegado tan lejos antes que lo hubiese hecho perder toda su cordura de un instante a otro. Pero la vida tiende a darnos sorpresas. Cuando no estás atento cambia y te pone en la peor posición del espectáculo.
Así es como el AA que hasta ahora no se lograba percibir totalmente mostró a algo lo cual no parecía ser un animal que se conociese. Pero un signo extraño dentro de dibujo lo sorprendió mucho. Lo observó detenidamente y fue entonces cuando todo comenzó. La vista se le nubló, todo lo que veía no era más una vaga representación de lo que sus formas naturales podían representar. Cerró los ojos y cayó al suelo inconsciente.
En esa misma habitación donde el tiempo pasaba sin preocupaciones, un lugar con un ser insípido en la vida real pero de calidad en la vida cibernética, ahora no era más que un cuarto vacío. Lo único que no había cambiado, y no cambiará, es el AA en la pantalla de la computadora que aún está encendida.