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No creo que nuestras opiniones sean tan contrarias una de la otra. Acepté el punto de que podemos extender muchos fenómenos a priori sociales a causas de índole sexual. Por mucho que se haya ido en la volá con especulaciones fantásticas, sigo creyendo en muchos de los puntos de Freud en cuanto a que hay un sinnúmero de pensamientos y deseos originalmente de índole sexual que causan comportamientos que ingenuamente creemos que están por completo bajo nuestro libre albedrío.
Ahora, diría que diferimos en lo siguiente. En primer lugar, que la preferencia por determinadas actividades sexuales eventualmente incentive comportamientos incorrectos en otro plano no me parece una razón suficiente para desincentivar ese tipo de actividades (lo cual, por lo demás, es discutible pues otro efecto posible sería el de que ese comportamiento canalizara por el conducto adecuado un impulso que parece inevitable). No voy a dejar de jugar juegos japoneses de violación porque afirmo constantemente en mi vida social que no violaría a una mujer...y de verdad creo que no lo haría; pero aunque de verdad aumentara en alguna cantidad las posibilidades de que eso sucediera, no sería argumento suficiente para tener que dejar la actividad que tiene "potencial de incentivar" porque la relación de causalidad es mera especulación y sólo existe una vulneración cierta de derechos en el caso de perturbar un disfrute efectivo.
En segundo lugar, creo que ignoras el asunto al que me referí sobre los roles distintos en situaciones distintas (relacionado esto con la situación concreta a la que se refiere el artículo que es al acto sexual), cuando hablas de que "si los hombres supieran que las mujeres prefieren los hombres dominantes, medios rudos, y con un comportamiento poco más que sociopático"; porque en verdad lo único que puede llegar a deducirse con certeza del artículo es que las mujeres desean en ese concreto acto el ser tratadas de esa manera. De nuevo, aquí no existe ninguna contradicción con que lo sexual proyecte cosas en el plano social; sí, es cierto que es un indicativo de que en cierta medida quieren ser tratadas así en situaciones sociales y sí, es un indicativo de que muchos hombres desean tener conductas dominantes y un disfrute medio sádico en varias situaciones sociales; pero en estas situaciones (plano social) estos comportamientos deben encontrarse en un grado ridículamente inferior y menos explícito del que se da en la intimidad del acto sexual, siendo capaz de reconocer que esos impulsos existen realmente y que atraviesan todo nuestro día a día, en grados y modalidades de manifestación distintos.
En resumen, lo correcto es ser honestos y entender que tenemos deseos bajos que escapan a la ética, pero controlarlos cuando corresponde. Sobre la hipocresía estoy totalmente de acuerdo contigo.