>>35Yo entiendo lo que me quieres transmitir y estoy de acuerdo en ello. Pero insisto en que no es mi punto. Lo que expones me parece que es aquello a lo que me refería cuando decía que estos experimentos prueban el valor de verdad de una teoría (científica por supuesto) y no la existencia objetiva de la cosa X.
>En palabras más simples, se puede predecir el movimiento aparentemente azaroso y eso a partir de la base de que lo que estamos prediciendo es el movimiento de un átomo, que no podemos ver, pero podemos predecir sus implicancias físicas.Por supuesto, estoy de acuerdo. El experimento prueba que el fenómeno [puede] ser explicado por la existencia de una entidad objetiva llamada átomo, i.e. que [puede] existir un átomo. Esto porque el fenómeno que perciben los sujetos (y convengamos que, en último término, aunque no sea posible percibir el átomo en sentido estricto, sí es la percepción el fundamento de la creencia en la existencia de una cosa externa) se comporta como si existiera un átomo. Pero esto no es una prueba de la existencia del átomo. Piensa por ejemplo en la teoría del flogisto. Podías hacer un experimento en que dos sujetos observaran un fenómeno (una sustancia que arde duarante un tiempo limitado en relación a una cantidad de aire igualmente limitado), los 2 sujetos ven exactamente lo mismo y los 2 sujetos pueden explicarlo por la existencia de la sustancia denominada flogisto. No podemos negar que hay algo que se prueba aquí (obviando ciertas objeciones filosóficas) y es que "algo" objetivo existe, pero como queda claro por la historia de la química, en ningún caso ese "algo" era el flogisto; era otra cosa (una teoría basada en el oxígeno) y ambas cosas servían para describir el mismo fenómeno pero la cosa que fue usada después para explicar el fenómenos sirve para explicar un conjunto aun mayor de fenómenos.
Como sea, mi punto es que no puedes probar la cosa en sí misma. Sólo el fenómeno. Y en el caso del átomo, aunque sea una entidad que tiene funcionalidad para explicar una inmensidad de fenómenos (que, en cuanto fenómenos, sí son objetivos, sin importar si aquello que los explica lo es), el concepto mismo de éste contiene contradicciones internas que no nos permiten si quiera pensar el objeto en sí mismo (vuelvo a referirme al "espacio vacío"...yo no puedo pensar el "espacio vacío" más que en términos negativos, o sea, aquello que no es llenado por una cosa con extensión, pero en ningún caso puedo pensar el "espacio vació" en términos positivos, no puedo pensar esa "cosa").