Poco queda por decir que no se haya dicho ya sobre el rol que grandes empresas internacionales han jugado en conflictos bélicos y en crisis humanitarias. Lavado de dinero, corrupción, polución y deforestación: tal es la moneda de cambio de muchas de las marcas que todos conocemos y que, incluso, muchos consumimos a diario. Vastamente denunciado ha sido el rol que Coca-Cola jugó en el asesinato de líderes sindicales en Colombia en el 2001, por dar un ejemplo. Numerosos grupos defensores de los animales también han denunciado a empresas de cosméticos, como L'Oreal, o empresas de cigarrillos, como Lucky Strike, por probar productos altamente tóxicos en animales.
Pero existe otro agente al servicio del capital, frecuentemente ignorado, cuyos crímenes en contra de la humanidad exceden aquellos de cualquier otra corporación transnacional en existencia: Toblerone (Mondelez International).
Los productos Toblerone tienen presencia en más de 120 países, con una recaudación anual neta de 1105000 USD. Toblerone se vende como un simple chocolate, ampliamente reconocido por su característica forma que recuerda a una cadena de montañas. Mondelez se ha excusado diciendo que esto se debe al ícono del producto: los Alpes suizos. Y hasta hace poco, todo el mundo se creía esta patraña, pero con este ensayo pretendo desenmascarar sus verdaderas intenciones. Esta excusa, que le ha valido a Toblerone presencia en todo el mundo además de simpatía instantánea por parte de sus clientes, se trata de, en realidad, una meticulosa maniobra de abaratamiento de costos e inflación de precios.
Pueden observar esta maniobra explicada gráficamente en la figura A del addendum de este hilo.
Como la marca de papas fritas Lay's, reconocida por su publicidad engañosa al inflar las bolsas con aire para aparentar que traen más papas de las que en realidad traen, Toblerone se vale de la excusa de los Alpes para minimizar el uso de chocolate en el proceso de manufactura. La cantidad de chocolate que se deja fuera al observar el producto puede ser mínima, pero siendo su producción tan masiva, en realidad esta estrategia les sirve para, abaratando costos, doblar e incluso triplicar su producción por el mismo costo que tendría manufacturar chocolates como debería ser, sin engaños (ver figura B).
El capitalismo moderno es aquel que, como el capitalismo agrario del siglo XIX, se caracteriza por explotar inescrupulosamente a las personas, aprovechándose de quienes le financian para aumentar sus ganancias, pero con una diferencia: el capitalismo moderno lo hace simpáticamente, para así seducir a sus consumidores con simpatía e inducirlos a consumir más. Toblerone es es la máxima personificación de esta premisa, como ha quedado demostrado, y por tanto, hago urgente el llamado a boicotear activamente a Mondelez International. Es primordial, ante todo, dejar de consumir los productos de esta empresa; pero no debemos quedarnos sólo en eso: es también necesario comunicarle cuanto antes a todas las personas acerca de esta sucia maniobra.
#BoycottToblerone
Addendum:
Figura A:
https://i.imgur.com/Hr0OavL.pngFIgura B:
https://i.imgur.com/KA1XivS.png