La semana pasada me había desempeñado bien en mi trabajo hasta que el día Viernes, mi jefe me avisa que lo habían webeado por la baja productividad y que hiciera mi máximo esfuerzo produciendo lo más posible aún superando la meta diaria que piden.
Más encima, ya tenía mi trabajo terminado por el día.
A la primera me dio rabia tener que cargar la cruz por culpa de unos pocos que se tiran las pelotas pero después me acordé de los favores que mi jefe me ha hecho, así que me esforzé un poco en producir más hasta el final de la jornada.

Ese percance me hizo recordar mi anterior trabajo, donde me delegaban la mayor responsabilidad sin siquiera subirme el sueldo y teniendo que dar explicaciones en las reuniones de la empresa por temas de productividad aún haciendo la pega bien. Mientras yo y otra compañera nos sacábamos la cresta trabajando, otros compañeros no hacían nada durante el día, se jactaban de estar "playa" en sus puntos de trabajo y aún así recibían los bonos de producción cuando a fin de mes siempre nos cagaban a mí y mi colega por culpa de externos.

Esto me hace pensar, que es mejor ser alguien mediocre en el trabajo para que mis superiores no me molesten en caso de que tenga que suplir los cagazos de personas ajenas y ser indiferente a las exigencias del trabajo para pasar piola. Esta semana produje menos y me tiré las pelotas hasta por si acaso.

¿Qué piensan ustedes? ¿Es mejor apelar a la viveza de aprovecharse del otro o ser indiferente y seguir igual?