Eso es lo que argumenta Walter Scheidel, historiador y profesor de la prestigiosa universidad de Stanford en Estados Unidos.
Scheidel es el autor de "El Gran Nivelador: Violencia y la historia de la desigualdad desde la Edad de Piedra hasta el siglo 21" (The Great Leveler: Violence and the History of Inequality from the Stone Age to the Twenty-First Century).
BBC Mundo converso con Scheidel para saber por qué llega a esa triste conclusión y a otra más dramática todavía sobre América Latina.
>¿De donde sale su conclusión que la violencia es el único camino para lograr reducir la desigualdad?Llego ahí revisando la evidencia de miles de años de historia.
Cada vez que hay una reducción importante en la desigualdad, tiene que ver con un choque violento masivo.
>¿Cuales son algunos ejemplos que podría citar de esto?Veo cuatro tipos de eventos que llevan a esta situación.
En primer lugar, se ve esto con las guerras de movilización masiva, de las cuales la Primera y la Segunda Guerra Mundial son los ejemplos clásicos.
(En estos casos) las sociedades se ven profundamente involucradas y movilizadas en un conflicto bélico, al final del cual se ve reducida sustancialmente la desigualdad en las sociedades que lo experimentaron.
También hay revoluciones transformativas, más que todo en el siglo XX, como la de Rusia y la de China.
En tercer lugar está el colapso de estados, que lleva al derrocamiento de elites enquistadas que controlaban hasta ese momento buena parte de la riqueza. Todos sufren en estas situaciones, pero proporcionalmente los ricos pierden más, así que la desigualdad se reduce.
La cuarta y última categoría es la de las epidemias masivas, como la de la Muerte Negra en la Edad Media.
En esos eventos, tanta gente muere que la mano de obra escasea, y los sobrevivientes pueden exigir sueldos mejores, aumentando el nivel de vida de los obreros.
Lo que comparten todas estas categorías es que son eventos muy desagradables, con mucho sufrimiento humano.
>Pero en América Latina ha habido mucha violencia y la región sigue siendo muy desigual. ¿Eso no desvirtúa la teoría?Muchos dirían que en América Latina en el siglo XX, lo más notorio es que no hubo muchas guerras, guerras significativas, comparado a Europa o Asia. No participaron significativamente en las guerras mundiales.
Tampoco hubo movimientos revolucionarios verdaderamente grandes aparte de los que ocurrieron en el margen, como en Cuba.
Ha habido mucha estabilidad en América Latina. Puede que no lo parezca por las insurgencias y el crimen, pero no han llegado por lo general al nivel de violencia que necesita para que haya grandes reducciones en la desigualdad.
Los gobiernos han sido buenos en proteger los privilegios de los poderosos. Ha habido cambios en el margen, pero no eventos que movilizaran bélicamente a la mayoría de la población.
América Latina permanece casi que intacta frente a los choques violentos, lo que le ha permitido retener altos niveles de desigualdad.
>¿Parece que está diciendo que América Latina no ha sido lo suficientemente violenta para combatir la desigualdad?Suena casi perverso, pero si se piensa en términos de violencia a muy gran escala, eso ha sido cierto. Estuvo aislada de los eventos más devastadores del siglo XX.
>Si tuviera que darle un consejo a los dirigentes políticos de como luchar por la desigualdad, aparte por supuesto de pelear una guerra. ¿Cuál sería?Yo creo que la lección de la historia, la única que puede ofrecer, es que atacar la desigualdad es mucho más difícil de lo que usted cree.
Podemos creer que para combatir la desigualdad hay que invertir en educación, proteger los derechos laborales, todo eso. Y puede ser técnicamente cierto, pero ignora el contexto en que ocurre esto, el contexto de los choques violentos.
En un ambiente de paz y estabilidad puede volverse más difícil lograr los objetivos de reducir la desigualdad.
(Entrevista completa en:
http://www.bbc.com/mundo/noticias-38963848 )
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