Estaba en el PC. Voy a cerrar la ventana, hace frío. Prendo la luz, veo borroso y me acerco a CONCHETUMARE UNA ARAÑA HUEÓN CONCHETUMARE MATALA MATALA tengo miedo. Me quedo mirándola. Se mueve lento y rápido. "Cobarde"" cobarde""aweonao""maricón""no sabí hablar""erí penca" (el spray, la chala) me quedo mirándola esperando a que se quede quieta. Me siento miserable"tienes que ser valiente en la vida""juegatela". Tengo que pegarle, mido más, pero puta que es gorda y grande, CHONCHETUMARE SE MUEVE RÁPIDO (el spray es veneno. La pieza es chica. Mierda, si rocío esto, me intoxicaré mientras duermo. Mierda. Piensa. Mierda.)"cobarde""sin amigos"(pégale. Pero saldrá a la chucha, estas weás me pasan, y esta mierda MIERDA SE MUEVE NO QUIERO MORIR AHAHHAHAHAHHAHAHHAHAHAHAHHAH *ttsssssss* ké? *tttssssssss La araña ni se innmuta (la weá líquida? Porque queda poco? Acaso está vencida? La fecha, don--CHONCHETUMARE NOO AHIII NOOO AHAHAHAHHAHHA *Chalazo* La araña cae y se sigue moviendo *tttsssss no le hace efecto *Chalazo *Chalazo Y quedó aplastada.

Maricón. Cobarde. Sale un amigo de mi hermano de la pieza, y me hace un guiño.

No quiero dormir. Me siento triste.

«-Porqué odias Chile? No lo odio, pero tampoco es que como para alabarlo. No es la panacea.»

El niño se levantaba temprano todas las mañanas. En la tele daban monitos o noticias. La madre le servía cereales, cereales rojos. Rojos.

Por un momento se quedó mirando la cuchara, la cuchara de siempre en su rutina de siempre, recordándole todos los insultos y golpes de sus compañeros de siempre en el lugar de siempre, en los días de siempre,en las clases de siempre, en los almuerzos de siempre. Y estaba cansado. Y un día de siempre ya había empezado....

Aguantó como de costumbre el infierno "amigable para niños". Un idiota que no sabe sumar puteando a su madre entre balbuceos. Otro que se saca buenas notas pero lo odia. Otro que no le da ayuda cuando se la piden. Otro que siempre lo traiciona. Otro....

Tocaron el timbre y llegó la hora del almuerzo. Una larga fila y un puesto vacío parecían vaticinar el castigo efectuado por los dos más bakanes del curso: ir a donde su puesto y colocarle porno a todo volumen o hacerle preguntas estúpidas con tonos estúpidos riéndose de los profes y de él. Y, como siempre, todo acabaría con él llorando, su plato helado, y la cuchara en el suelo, mientras todos se reían. Y era día de hamburguesas.

Pero ese día sólo hubo placer, silencio, dos hamburguesas rotas en el piso,

Y una cuchara con sangre.