>>6Concuerdo solo hasta cierto punto. La filosofía expone argumentos, por lo que es traducible. Sin embargo, las novedades que los autores aportan, y en particular Hegel, está amarrado a su manera de manejar el idioma, el alemán en este caso. Pero esto también es explicable por el traductor (en pies de páginas, por ejemplo la noción de Aufhebung, etc.). A fin de cuentas, como la filosofía no es exacta, entender un autor significa manejar en lo general y particular sus ideas junto a los contextos de su incumbencia y la historia de los autores que han escrito o se han influido de aquel, ¿qué diferencia neta y radical habría en leerlo en el original? Creo que da a una discusión interesante y para responderla sería bueno quizás ver casos. Porque por ejemplo si quien con todas las herramientas pudo armarse una comprensión basta de un autor y al compararlo con una lectura en idioma original de un nativo llega a que «sí lo entendió», suponiendo que en el nativo se entiende de inmediato, entonces el original se diferenciaría en (1) el medio, (2) y lo estético.
Porque además no es lo mismo una traducción buena a una mala.
Distinta es la literatura donde la gracia está en cómo se escribe, por lo que es inexorable la necesidad del original.
Walter Benjamin escribió sobre la traducción, ni me acuerdo qué decía. Ya ni leo, ya superé la etapa en que me las daba de intelectual.
>>11Esto.