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Mi partido tendría tecnócratas elegidos en asamblea popular local, donde no demostraran ser buen político sino experto comprobado en la materia, con méritos no artificiales y aunque sea de origen autodidacta. luego esos tecnócratas elegirían regionalmente los que consideren de su ramo, con control y representantes locales rotados para fiscalizar. Los puestos rotarían. También habría un porcentaje, en caso de lugares con faltante, con incentivos. En caso de falta severa de representación en algún lugar y que se fuera de presupuesto (poco probable), se sortearían puestos entre profesionales no candidatos, con el proceso bien auditado.
La igualdad sería en aspectos de no discriminación, sin énfasis en favoritismos. Quien necesite apoyo para tener iguales oportunidades puede pedir apoyo. Sin explotar a los marginados políticamente, que se invitaría a verse como algo carroñero socialmente, mal visto por parte de representantes políticos "de oficio", que sería algo en extinción natural porque los tecnócratas, aun con sus errores de humanos, no tendrían esta psicopatía tan desarrollada en buscar el narcisismo personal de una justicia social que nadie ha pedido, para beneficio político personal. Se exigirían resultados de estos apoyos en lugar de desaparecer una vez los fondos se han transferido.
La hemeroteca será importante para recordar las imágenes públicas de qué se prometió y qué se logró finalmente. Deberá rendirse públicamente las razones técnicas de por qué se logró o no los objetivos iniciales y qué se puede mejorar para el siguiente ciclo. Si hay cambios se harían de manera temprana según avancen las circunstancias, allá donde un proceso ágil resulten convenientes, sin olvidar el control presupuestario y la prevención de la corrupción.
La difusión (prensa, opinadores en internet, etc.) será libre, si bien cualquier mención de personas físicas o jurídicas, así sobre temas técnicos tendrán derecho de respuesta, en mismos días equivalentes en franja, duración, tamaño, orden y posición, de misma cantidad de audiencia, en su derecho a responder, incluso en portada, primera plana, con el derecho de réplica, de las partes interesadas, permitiendo la libertad de prensa y la libertad de defenderse igualitariamente lo que dijo la prensa sobre alguien o algo. Las contrarréplicas se extenderán por lo necesario, salvo que se pueda presumir de prácticas abusivas, por ejemplo para intentar agotar al medio que difunde para saturarlo, reducir su audiencia o prestigio de manera deliberada, obrando de mala fe.
La pobreza es una construcción social. Ser pobre puede ser algo que quiera conceptuarse como negativo, para cierto tipo de estilo de vida, causando que haya una separación progresiva entre la forma de vivir correcta y la que no debes seguir, produciendo aversión sobre esos gustos en forma de vivir, incluyendo comer, y consumir en general, incluyendo vestir, dónde puedes dormir o no, etc. La sensibilización en estos temas permitirá que los extranjeros verán socialmente gentrificable el exotismo una vez consolidado y será una forma de ingresar divisas si se logra ver una vida frugal como algo cool, aunque todavía asistas a terapias contra el alcoholismo, si bien se garantizaría que no molestes a la gente. Tendrás todo el etanol y sustitutivos que quieras y no será necesario que la calle huela a orines o se llene de vómitos que pueden hacer resbalar a la gente, o bolsas de basura abiertas dispersando restos de forma egoísta con respecto a las dificultades para trasladarse en silla de ruedas sorteando pieles de banano y afectando a la convivencia causada por los efectos sociodestructivos de ciertas sustancias.
Cuando además se sensibiliza con una publicidad más efectiva y mayor campaña publicitaria que la que puedan pagar las de las empresas de etanol, nicotina y otros químicos mediante su ridiculización social, el consumo se reducirá y los gastos necesarios se reducirán, pudiendo dedicarse a otros apoyos sociales que antes no podían cubrirse.
Dar a entender que existen síndromes, no necesariamente enfermedades, sino gente claramente diferente, que es incapaz de distinguir realidad de ficción, o que es capaz de creer ciegamente a otro tipo de gente con síndromes, como los mentirosos compulsivos, pueden formar grupos que vivan una alternativa a la realidad pero que choque con la evidencia científica. En el marco del respeto, se visibilizará la existencia de estas personas, sin tratarlas de locos, porque en caso de que una conspiración fuera consistente, que se pidan también pruebas consistentes y pueda facilitarse la investigación, para concluir si había algo o no, y así poder mantener a salvo las partes a las que se les estuvieran cuestionando. Si la insistencia ante la evidencia deja de ser claramente inconsistente, se presentará como tal públicamente y la opinión podrá ver con su propio criterio si dejan de hacer caso a personas que evidencian síndromes de alteración de la percepción de la realidad y así reducir el ruido en temas que no merecen la pena.
Se fomentaría la asociación de la gente para defender sus intereses o modelos que puedan hacer llevar a cabo sus proyectos, especialmente aquellos que beneficien a la sociedad en sus alcances, sobre todo si estos son de alta especialización y tecnócrata, más especialmente donde el papel del sector público necesita cubrir los nichos donde el sector privado considera no rentables. De todos modos el sector público fomentará internamente la creación de empresas públicas que puedan funcionar mejor que las privadas, donde se haya detectado mayor descontento o baja competitividad con respecto al funcionamiento en otros lugares, sea porque existen monopolios, oligopolios o pactos de precios, existiendo una intermediación demasiado costosa y en la que se pudiera participar, en lugar de intervenir, como sana competencia, con una propuesta de empresa pública, para hacer que el lucro pactado no tuviera tanto impacto en la población.
Simplificar esto para hacerlo un poco más popular o incluso populista podría ser honesto, si se acompaña de un programa detallado con puntos así.
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